Llevo mucho sin
escribir por culpa de la actualidad. Este es un blog intrascendente y cada vez
que me ponía a ello acababa escribiendo sobre las preocupantes noticias del parte.
Pero ayer me llamaron friki. Y no es que no lo sea, que soy
friki (de mis cosas, me imagino que como todos), sino que lo hicieron en base a
una serie de ideas preconcebidas que no se corresponden con mi realidad
personal. Vamos, que me lo dijeron con “prejuicios”.
Que nadie venga de puritano,
todos tenemos prejuicios. Unos más acusados que otros, pero todos tenemos
prejuicios. A los humanistas nos disgustan porque sólo sirven para clasificar a
las personas y etiquetarlas, cuando sabemos que la humanidad nunca deja de
sorprendernos.
Por lo menos a esa
persona que tenía esa frikilmente estereotipada imagen de mí la sorprendí. Y
luego fue supersimpática conmigo.
Espero que Ramón y Cajal no tuviera razón.
No cabe duda que los
prejuicios los heredamos de nuestras familias. Los pecados de los padres son
los grilletes de los hijos. Pero para anuncio con padre con prejuicios tenemos
este spot de coches. Su mensaje político
no deja lugar a dudas.
Si alguien se ha tomado este
espacio un poco en serio y ha reflexionado sobre el tema, le dejo una cita de William James, psicólogo y filósofo
estadounidense, pionero de la psicología científica.
Un
gran número de personas piensan que están pensando cuando no hacen más que
reordenar sus prejuicios.
Vinimos para quedarnos
Me declaro humanista!
ResponderEliminarSiempre lo fuiste. Mantentente fuerte.
EliminarUn besazo.