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miércoles, 20 de junio de 2012

LA LEYENDA DEL NOVIO SIN CABEZA (II)

TESTIMONIOS ENFRENTADOS
                “La historia no cuadra” no dejaba de dar vueltas en mi cabeza. Los testimonios estaban enfrentados, ya que era imposible que los desposados y a la vez mi hermana guardaran en su casa el cuerpo del novio, y más si uno de ellos tuviera cabeza y otro careciera de la misma.
                Tenía dos hipótesis en mente.
1.       La menos probable pero aún así posible es que los desposados, ya marido y mujer, no contentos con asustarme en el banquete decidieran gastarme la pesada broma de una decapitación inexistente. ¿Era todo una cortina de humo? ¿Era un globo sonda para averiguar los planes de mi propio matrimonio? ¿Eran sádicos y disfrutaban del dolor ajeno?...A fecha de hoy no estoy seguro, pero no. Además la llamada telefónica me pareció sincera, y la aceptación de mi coartada también.
2.       La más probable es que toda mi familia debería de beber menos. Creo que mi hermana también cayó presa de la euforia y en algún momento trasteando con su bolso se olvidó las figuras en el restaurante. No volvió a acordarse y ya en su piso durmió el “Sueño de Baco” sin mirar nunca más dentro del bolso.

Por ello decidí avanzar más en mi investigación y buscar información con mis contactos.
PISTA Nº2: EL SOPLÓN
Utilicé el pretexto de necesitar cierto material deportivo para ponerme en contacto con el Soplón. Es una persona con una mente brillante y que domina toda la información de la zona. Bien sea pasada, presente (y hasta futura) siempre es la primera persona en enterarse de todo y en transmitirlo a los demás.
Tras contarle mi caso me confesó algo espeluznante: “He visto la cabeza del novio”. No pudiendo salir de mi asombro pregunté si estaba en su posesión, si reparó quién la tenía y hasta si el corte había sido limpio como el de un cirujano o salvaje y propio de una bestia.
Me aseguró que sólo había visto la cabeza ya decapitada, me confirmó que era del novio y que junto con un cómplice (que por su elegancia llamaremos Massimo) la hicieron desaparecer lanzándola tras una maceta para evitar que hubiese follón.
Tras esta pista surgieron más hipótesis y más sospechosos:
·         ¿Eran el Soplón y Massimo unos buenos amigos que sólo querían encubrir la decapitación para protegerme? Aunque también eran sospechosos era muy probable, y el detalle de encontrar sólo la cabeza les sitúa en un estadio post-mortem.
·         ¿Era mi hermana el desconocido verdugo y no quería contarme la verdad por temor a entristecerme?
·         ¿Era mi hermana víctima de un robo? El verdugo podría haber raptado del bolso las figuras y haber decapitado al novio. Habría tirado la cabeza y dejado por ahí el cuerpo.
·         ¿Era una amenaza vudú? Y si lo era; ¿A quién iba dirigida? Podría amenazar al novio ya desposado, ya de viaje por Italia, o a mí mismo como receptor y depositario de las figuras.
Para despejar esta duda sólo podía hacer una cosa, allanar la vivienda de mi hermana para evitar que borrara su rastro y averiguar si poseía los novios.

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